Cada vez menos compañeros ingresan a nuestras aulas producto de la situación económica crítica que vive el mundo, nuestro país, y Tandil no es la excepción. El costo de vida es cada vez más elevado -alquileres, comida, fotocopias, entre otras cosas- y pone en riesgo la noción del carácter público, gratuito y libre de las casas de altos estudios. Pero, nuevamente, la cuestión del aumento del boleto plano (por ende del universitario, obrero, escolar, etc.) se ha instalado en los debates de la opinión pública desde Enero pasado cuando, nuevamente y por quinto año consecutivo, se produce ilegítimamente dicho aumento a espaldas de la comunidad universitaria.

El ejecutivo municipal, el radicalismo en su conjunto y sus expresiones políticas salen a justificar lo injustificable. El concejal (radical) Esteban Risso, imposibilitado de asumir como concejal -explicitado en la ley orgánica de municipios-, por ser accionista de una empresa local concesionaria del transporte, no sólo vota el aumento, sino que para no quedar más relacionado “vende” sus acciones a su madre. Tanto legal como moralmente es impresentable, Risso debe renunciar.

La ilegitimidad del aumento cobra mayor fuerza por el hecho del nulo control estatal-municipal y la no apertura pública de los libros contables de las empresas donde el municipio, como principal contralor, ni se ocupó en verificar. Si no están claros los números, no está claro el motivo del aumento y se dificulta buscar soluciones. Se ha intentado legitimar con la “cuestión inflacionaria”, pero cualquiera de nosotros reconoce que la velocidad con que han aumentado los precios del boleto plano en estos últimos años no concuerda con el índice de inflación. Cabe destacar que estas palabras se alejan de posiciones abstractas que plantean a las empresas de transporte como “multinacionales al servicio del imperialismo”.

Este no es un problema de “universitarios” como han intentado instalar. Es un problema de índole nacional, provincial y local. El municipio ha demostrado no sólo ineficiencia e incapacidad, sino una salida “fácil” donde los perjudicados somos los que usamos el transporte. En última instancia, la institución que fija el precio es el concejo deliberante, la responsabilidad política recae en este órgano.

También, cobardemente, se ha dicho que los que se manifiestan son “Fascistas y antidemocráticos”, “Vagos y Faloperos”, etc. intentando desviar la atención de lo que en realidad ocupa: el aumento del transporte. Lo lamentable del radicalismo local, es haber mandado a la marcha organizada por la asamblea del transporte público, 7 (siete) policías de civil, sin identificación alguna (presumiblemente de los Servicios de Inteligencia del Estado y de la Federal) en diferentes locaciones, incluso seguimiento a compañeros, recordando los viejos tiempos del proceso. Constitucionalmente la huelga es un derecho. Lo que no es casual es que el ejecutivo y sus medios adictos salen a hablar de “violencia y democracia”, donde se demostró que de forma sarcástica y no-violenta la gente se manifiesta con gran impacto, en este caso favorable, en la opinión pública.

Otra dificultad que se presenta es el hecho de la composición de la comunidad universitaria que, gran parte, no tiene representación en el deliberante municipal por no estar domiciliado en Tandil, lo que vuelve al Consejo Superior en su órgano máximo de representación.

Si hay menos ingresantes, disminuye el capital líquido circulante en Tandil por lo que hay menos trabajo en nuestra comunidad, donde el rol de la universidad en las relaciones económicas locales es central.

La especulación empresarial llega a tal punto que están dando menos bonos a los centros de estudiantes para que paguemos el boleto plano.

Esperamos ansiosos los resultados de la Sec. de Bienestar y de la Fac. de Exactas en torno a los análisis del transporte público para poder evaluar propuestas. De cualquier modo, sabiendo la dificultad de materializarlas al no tener los números de las empresas, nos encontramos evaluando alternativas. Contamos con el apoyo de todo el movimiento estudiantil para llevar a cabo el reclamo y el motivo de la presente radica en ampliarlo para toda la universidad, donde institucional, democrática y solidariamente, Docentes, No-Docentes, Graduados y Estudiantes busquemos alternativas para afrontar la crisis en general y, en particular, resolver el eterno problema del transporte público.

· Mayor cantidad de Bonos a los Centros de Estudiantes

· Marcha Atrás al Aumento

· Apertura pública de los libros contables de las empresas

· ½ Boleto Estudiantil

· Renuncia del concejal Risso

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